¡Avada Kedavra!, ¿Sabes quién soy?.
Es un actor consumado y disfruta de los caprichos fantasiosos, ayudando a los necesitados y heridos de amor, y administrando justicia poética sobre aquellos que la merecen. Tiene un gran corazón, una profunda necesidad de humillar a las personas tiranas, presuntuosas y crueles, y unos modales de cascarrabias ("No me provoques"). Tras conocer el amor de la diosa Mystra, nada logra sobrecogerle ni atemorizarle demasiado.
Este anciano mago es propenso a experimentar largos ensueños en los que ve de nuevo gentes y lugares desaparecidos hace mucho.