Una pequeña obra maestra, breve, más bien bevísima, pero buena, sorprendente y que engancha, así debe ser un microrrelato. El lenguaje preciso, a veces, poético, un final abrupto, imprececible y abierto a múltiples interpretaciones, el que estimule nuestro deseo de releerlo, estas son las claves para que el microrrelato sea considerado de calidad. A qué esperas apuntate y participa.